Coffeeboy
Sí, soy el meritorio del equipo de guión de la serie de ficción Plan América. Meritorio es como me dicen que me presente a los de fuera, pero ellos me llaman coffeeboy, aunque la verdad es que ni siquiera preparo cafés. Me dedico a vigilar que los guiones no tengan faltas de ortografía, que no aparezcan marcas comerciales, y que palabras innombrables como “p#!a” o como “ho©†øa” no aparezcan más de la cuenta.
No me quejo de ser el último mono de esta producción ni pido de momento que me aumenten el sueldo, sólo les pedí que me dieran algo más de responsabilidad, y me han encargado hacer el blog de la serie, que debe ser el marrón del que nadie quiere encargarse.
Qué más puedo decir de mí. Tengo 28 años, fui técnico de sonido, hice teatro para sordos y ahora espero que esta serie tenga algún futuro y en algún momento me dejen escribir en ella.
ARCHIVOS
Ordenador del departamento de guión, con más de 30 versiones de un mismo capítulo.
El guión está vivo hasta el último día. Escapa del control de los guionistas muy poco antes del rodaje, y sigue sujeto a cambios hasta el día de emisión, en que incluso un programador podría meter un corte a 5 segundos del final. Hasta entonces se generan decenas de versiones del guión: "quítame la lluvia en la escena 36, y que sea viento", o por ejemplo "a ver, en la 28 el personaje X no puede ser la que conduzca el coche, porque la actriz no sabe conducir, cámbiamela" o bien, "no podemos hacer una escena coral en el despacho, sólo nos caben, como mucho tres personajes ahí, pásame esa escena a exterior patio". Cada uno de estos cambios implica siempre una nueva versión. Los guionistas trabajan en Final Draft , los directores en moviemagic, los actores leen en PDF... cada versión suele estar en tres formatos RTF, PDF y FDR...
Siempre que se abre un archivo y se toca una sola coma se hace una nueva versión (cuando ya el guión está desglosado por el equipo de dirección y producción, no hay versiones nuevas, sino "separatas", pero el mundo de las separatas merece un post propio), y es preciso acertar en tres cosas importantísimas: poner nueva fecha en la portada, poner nuevo número de versión, y llamarle al archivo con un nombre que permita identificarlo. Si esto no se hace bien, provoca auténticas crisis tipo:
–Diosssssssss, la portada no tiene fecha, mecagüentodos tus muertos, cuál es la última versión, ¿la 3B_4 o la 3_13F08?–
–A ver, eh... en la última sólo cambiamos la escena del accidente, que Arnas le hace un torniquete con una corbata a Barreda–
–En esta versión lo del torniquete es con un cinturón.–
–Vale, pues entonces esa no es la última, la última es la de la corbata.–
–¿La 3_13F?
–Bueno... La de la corbata. Es que ahora no tengo el archivo delante.–
–La de la corbata es la 13F... Joder, tronco, no me pongáis sólo la fecha, ¿qué coño os cuesta poner el número de la versión y la fecha?–
–Vale, vale, perdona... te hago nueva versión para ponerte el número de versión en la portada, la llamo 3_v4_13F ¿te parece?–
–Me parece que me voy a poner a esnifar pegamento, eso es lo que me parece–
–Es mejor el disolvente de típex... te lo digo porque probé todos los pegamentos en el instituto y el disolvente de típex es lo mejor–
Figuración
Miembros del Frente 40, cerca de la caseta de maquillaje
Ya de noche, termina el rodaje, y A.I. llama por teléfono a todos los miembros del frente 40 que tienen que estar a las once de la mañana armados hasta los dientes y preparados para una peligrosa emboscada en la escena 37. "Pablo, mi amor, puedes estar aquí mañana a las once... de verdad que hoy empezamos a las once... no, seguro, corazón, dos horas y terminamos... y te puedes quedar a comer." Pablo lleva catorce años en España y trabaja en la construcción. A.I. me explica que Pablo está orgulloso de militar en el Frente 40, pero yo me lo he encontrado por ahí, y me dice que preferiría ser figurante en una serie de chicas en bikini, "ustedes se equivocan: la serie buena en Tenerife debe ser de playa." Su compadre F., también soldado raso del frente 40, no aspira al erotismo de chiringuito y cuerpos embadurnados de crema. F se conforma con que le demos una escena donde secuestren a unas lindas campesinitas, eso sería "chévere"... F. trabaja poniendo copazos a septuagenarios centroeuropeos en un bar de la zona y le asegura a A.I. que mañana, si de verdad el rodaje comienza a las once, vendrá, pero puntualiza que a la una se tiene que desmovilizar, pues a las dos los ingleses empiezan a darle fuerte a la copa. F. no ha oído eso que contaba un famoso actor de que "a él le pagan por esperar, la actuación la regala".
A.I. les habla con dulzura a los miembros del Frente 40 y les asegura que se hará lo posible por empezar mañana en hora y acabar en hora, les suplica para que acudan a la batalla. "Yo no puedo, mami, mañana me salió una obra", dice J. por teléfono, "pero te mando a mi primo, él sabe empuñar un fierro, es bien guapo, estuvo en el ejército, lo hará mejor que yo", le dice. Cunde el pánico. Los ayudantes de dirección miran los planes de rodaje:
"Por dios, tiene raccord, haz lo que sea, sácalo de la obra, del hotel donde trabaje, de su cama, tiene que venir, conducía el jeep en la 36, hemos dejado los planos generales para mañana. Tiene que conducir por coj@#¢s". Ah, el raccord, qué fácil era la vida cuando aún no manejábamos esa palabra... Cuando entré aquí no sabía lo que era, es un concepto que se tarda un poco en comprender, pero en cuanto lo haces, te conviertes en un neurótico paranoico. "Dios mío, el vaso estaba a medio beber en el contraplano, y esa colilla estaba en las últimas: ¡se ha encendido otro! No vale, no vale, ¡repetimos!
Estos son unos de los quebraderos de cabeza de la producción, reclutar al frente 40, que depende totalmente de células durmientes que durante la mayor parte de la jornada se hacen pasar por albañiles, trabajadores de la limpieza de un hotel, médicos sudamericanos, estudiantes...
El comandante Mateo (Alberto Amman) dirige a su manera al incontrolable Frente 40...
Martina García con la araña, durante el rodaje del capítulo 1... Martina hace de Adriana en la serie.
Este blog empieza en el tercer día de rodaje del segundo capítulo. Pero antes de hablar del rodaje, les cuento que la serie empezó en un día de abril de 2006, no sabemos muy bien cuándo porque nadie lo recuerda con certeza. Lo cierto es que un día, un guionista aburrido de escribir pilotos de comedias supuestamente comerciales que nadie compraba, le dijo a otro guionista aburrido de escribir decenas de capítulos de la misma serie de éxito: “vamos a hacer una serie donde no haya familias, ni abuelos, ni niños, ni adosados de clase media, y a ser posible que haya sicarios, algún muerto de vez en cuando, gente que se juegue la vida en cada capítulo y coches que podamos romper… y para hacerlo más difícil todavía, vamos a exigir que la serie se haga sin plató, en localizaciones naturales y con mucha cámara al hombro.” Al oír esto, el guionista apoltronado tras la escritura de decenas de capítulos de la misma serie, le dijo al guionista desesperado de escribir pilotos de comedias hipercomerciales que a nadie interesaban, que ningún directivo de televisión dedicaría un solo minuto a una ida-de-olla así, pero que en todo caso, era una buena excusa para bajarse juntos un par de botellas de vino en torno a una cartulina, mientras apuntaban en ella el tipo de cosas que debería tener una serie para que ellos compraran el DVD.
Tras la resaca, vieron que lo que había quedado sobre la cartulina se dejaba leer bastante bien para ser el típico delirio alcohólico, y entonces aquel guionista que nunca vendía sus comedias supuestamente comerciales, decidió intentar vender un auténtico drama con todos los elementos que dificultaran su venta (rodaje en un paisaje tropical, localizaciones naturales, barra libre de exteriores, cámara al hombro, personajes extranjeros) y ninguno de los elementos que a priori, podrían facilitarla (una familia, un bar, adosados con muebles de Ikea, un pedazo de plató, etc…). Y además, para hacer la cosa ya casi imposible, exigieron una araña peluda y enorme en el primer capítulo. Entonces, el guionista aburrido de escribir decenas de capítulos de la misma serie le dijo que si conseguía vender esa idea, se correría un maratón con sus 42 kilómetos y 185 metros.
La serie, inexplicablemente y contra todo pronóstico, se vendió, con araña peluda y todo. El guionista apoltronado saldrá de la línea de meta el 6 de abril para correrse la maratón de París.
Y aquí estamos todos metidos en este marrón, perdidos en el último rincón de Tenerife, con nuestra vegetación tropical, sin plató, cargando las cámaras y sin un bar donde meter a los personajes de la serie para que se cuenten sus penas. ¿Sobreviviremos al intento o seremos víctimas de nuestras propias pretensiones? Esta cuestión y otras muchas centrarán el día a día de este blog.
En esta cartulina empezó la serie...
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