El lunes 25 el concurso Money, money sustituirá las animadas charlas de Ana García Siñeriz y Boris Izaguirre. Channel nº 4 cierra el frasco de sus esencias tras 500 emisiones. El balance para su presentadora no puede ser más positivo.
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¿Con qué te quedas en estos tres años de espacio?
Con los programas que hacíamos a nuestro aire, sin depender de la actualidad, y que se convertían en una fiesta. Con lo que he aprendido en este tiempo y con la gente que he conocido. Ha sido una escuela.
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¿Qué vas a hacer con tanto tiempo libre?
Ahora me dedicaré a escribir. Y a trabajar en los nuevos proyectos que vayan surgiendo.
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¿Por qué crees que la audiencia os ha dado la espalda?
La audiencia no nos dio la espalda. Ha sido un proceso de ‘desgaste’. Todos los programas empiezan y terminan. 500 ediciones es una cifra por la que firmaría cualquier profesional. Y hay una parte del público que nos echará de menos.
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¿Hasta qué punto ‘desgasta’ un programa diario?
Mucho, porque la tensión del directo, acumulada cinco veces por semana acaba con cualquiera. La franja de la tarde en Cuatro necesitaba un cambio y creo que nosotros también.
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¿Qué momentos recuerdas con especial ilusión?
El TP de Oro del año pasado al Mejor Magazine fue maravilloso. También el final del primer programa, con Shakira. Cuando todo te sonríe es fantástico. Te quieren los espectadores, los jefes te dan palmaditas y el espacio es el mismo.
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Una ocasión mágica fue…
Recuerdo el encuentro entre el escritor Jaime Bayly y el loco humor de Juan Carlos Ortega. Fue genial. También la mesa de hombres con Pablo Motos, me sentía como en casa.
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¿Alguna situación difícil?
Un día que no arrancaba a cantar un tipo con chilaba que pretendía imitar a Manolo Escobar. Nos cayó una gran bronca.
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¿Qué tipo de espacio te gustaría conducir ahora?
Uno donde la gente anómina tuviera protagonismo. Me gusta saber, interesarme por los demás. Ahí tenemos un campo importante por explorar.
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¿Ha cambiado mucho la tele?
Hoy día, los espacios aparecen y desaparecen en dos semanas. Por lo tanto, tenemos que estar contentos por haber aguantado tres temporadas en un horario muy difícil. Luchábamos cuerpo a cuerpo con Yo soy Bea, que es como competir con un partido de la Champions y, además, estaban las telenovelas.
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¿Vuelves a Madrid?
No me hubiera importado instalarme en Barcelona. Aunque quiero recuperar mi vida, mi casa, mis amigos y hasta mi huerto.
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¿Echarás de menos a Boris?
Claro. Es una persona excepcional y un gran amigo.
T-P.ORANGE.ES
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