LOS ENEMIGOS DEL TOMATE.

La repentina decisión de Telecinco de fulminar su programa estrella de la sobremesa, Aquí hay tomate, ha abierto la caja de Pandora. Y es que ha habido que esperar al anunciado final del programa para conocer algunos asuntos relacionados con la intrahistoria tomatera.

Lo cierto es que el cerrojazo planificado por la cadena de Fuencarral, en su versión oficial, se debe a una pérdida de audiencia y a un agotamiento del formato. La realidad objetiva señala que, efectivamente, Aquí hay tomate había perdido el punch y la atracción de otros tiempos. A pesar de todo, el espacio continuaba siendo de los más visto en su franja, con unos datos –una media situada entre el 18 y el 20 por ciento de share– por los que cualquier otro canal hubiera matado por conseguirlos.

Sin embargo, otras fuentes inciden en que junto a estas circunstancias –que intentaron ser remediadas con un tuneo del programa, presentado como un retorno a los orígenes más irónicos y menos escabrosos– se sumaron otras tampoco desdeñables. Por ejemplo, la acumulación de demandas millonarias contra el espacio y Telecinco. A lo largo de estos años, Aquí hay tomate ha acumulado diversas denuncias de personajes VIP como Marta Chavarri, Ana Obregón o Isabel Pantoja, "bestia negra" del programa, como se encargó de recalcar la presentadora Carmen Alcayde al anunciar el final del espacio.

En ese sentido, Aquí hay tomate recibió un fortísimo varapalo con la sentencia condenatoria que consiguió Gonzalo Miró, hijo de la fallecida Pilar Miró. Las especulaciones sobre el desconocido padre del ex novio de Cayetana Martínez de Irujo le costaron 300.000 euros a Telecinco.

Además, la cadena que gestiona Paolo Vasile tiene sobre la mesa diversas demandas relacionadas con informaciones aparecidas en el Tomate.

Un espacio que además le ha producido sinsabores de índole política a la dirección de Telecinco. El programa, que rompió tabúes relacionados con los presidentes del Gobierno y sus familias –tanto de José María Aznar como de José Luis Rodríguez Zapatero–, también cosechó la animadversación de importantes empresarios bien relacionados con los poderes fácticos.

Por supuesto, la actitud de Aquí hay tomate, y de Telecinco en general, respecto a la Familia Real también ha dado de qué hablar. Al parecer, en La Zarzuela se colmó el vaso de la paciencia con las intervenciones de Jaime Peñafiel sobre las amantes de Don Juan Carlos. Esa fue la gota, pero el tratamiento dispensado a los miembros de la Familia Real ya venía causando enfado en el entorno del monarca.

De hecho, en las últimas semanas se ha hablado en ciertos entornos madrileños de una llamada personal de Don Juan Carlos a Silvio Berlusconi en la que el Rey le expresó su condición de agraviado. Lo cierto es que la cadena de Fuencarral cambió repentinamente la tertulia de La Noria del pasado sábado que debía tratar los cuarenta años de Don Felipe por otra con la temática sobre los hábitos de comportamiento de la juventud española, como informó en su momento Elsemanaldigital.com.

Esa condición de agraviado también ha sido compartida por otro personaje próximo al empresario italiano, José María Aznar, que recientemente vio cómo el Tomate aireaba una supuesta crisis matrimonial del ex presidente y su esposa, la concejal Ana Botella.

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