Abandonó 'RIS Científica'
Estuvo a punto de formar parte del reparto de RIS, ¿qué pasó?
Sí, incluso estuve en la rueda de prensa de la presentación de RIS con José Coronado. Ese mismo día se le dijo a mi representante que yo quedaba a disposición de los empresarios pero yo estaba en números rojos y tenía que ingresar dinero.
¿Estaba obligado a aceptar?
Vi que era un contrato basura porque la productora decía que la cadena no le daba ninguna seguridad. Y yo necesitaba seguridad para pagar la hipoteca, el colegio de mis hijas...
Y salió lo de Desaparecida...
Esa misma tarde, el director de Desaparecida me ofrece el personaje y me garantiza ocho capítulos.
¿Cómo se montó la polémica?
Al día siguiente, El País me dedicó media página poniéndome casi como un judas. Me dolió porque nunca habían hablado de mi trabajo y sacaron el tema sin haberme llamado. Únicamente recogían los testimonios de la productora. El País me condenó sin pedirme explicaciones.
¿Intereses por parte de esa publicación?
No me atrevo a decir del periódico, pero la actitud del periodista en particular fue sospechosa y no sé a qué intereses se debe. Que en siete años te saquen media página por esa situación me hizo mucho daño.
Audiencia
La serie ha perdido audiencia desde su estreno (18%)
Está yendo muy bien porque La 1 ha doblado su audiencia en la noche de los miércoles. En TVE están muy contentos y felices porque en este momento es el prestigio de la casa.
¿Habrá segunda temporada?
Sí, se ha renovado para una segunda temporada. Hemos grabado 8 capítulos, y el caso se resuelve en los 12 primeros, y después continuarán otros casos de desapariciones que no cuentan con el apoyo de la investigación mediática. Serán capítulos cerrados.
¿A qué cree que se debe el éxito de la serie?
A la rareza de ver escenas donde los actores respiran hasta el final. No es la estética del videoclip. Desaparecida invita a vivir.
¿Cómo se desahogan tras tanto dramatismo?
Lo sobrellevamos gracias a la cordialidad del trato entre nosotros y a los chistes que se cuentan en cada parón.
¿Contribuye usted a hacer el payaso?
No soy fabricante de humor; soy un gozador del humor.
¿Y con quién lo goza más?
Carlos Hipólito sí es más payaso, y hay otros muchos en el equipo que juegan y nos divierten.
¿Cuál es la esencia de la serie?
Lo fundamental es la conexión directa con el público. Habla de lo que nadie habla sin pudores, que es el amor. El amor como ganas de vivir.
¿Usted está enamorado?
Hace trece años que estoy enamorado y continúo enamorado.
¿También es padre?
Sí, de dos hijas.
¿Se le ha acrecentado el miedo a que les pase algo desde que graba la serie?
El miedo se acrecienta cuando eres padre; aumentan los peligros, los temores…
Y más con la que se ha montado en torno a Madeleine...
La prensa ha montado un circo con respecto a Madeleine. Es un espectáculo lleno de morbo que infunde en la gente grandes dosis de miedo y tristeza.
Y va su serie y trata lo mismo.
Desaparecida no está planteada en el lugar del morbo; el caso de Madeleine es otra cosa, está tocado por el amarillismo.
¿Qué le parece la televisión actual?
La televisión está planteada para un coeficiente intelectual adulto que no exceda de los ocho años.
Y eso que ahora parece que el público siempre cuenta...
En realidad es un monólogo continuo, donde la única libertad que se le da al espectador es mandar SMS que luego son censurados y filtrados por ellos. El espectador es pasivo. La televisión es una emanadora de miedos, está repleta de prejuicios... es tétrica.
Entiendo que no la ve mucho.
Trabajo doce horas al día y no me da tiempo a verla. Eso sí, soy un forofo del documental y lo comparto en casa con mis hijas.
20MINUTOS.
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