Patricia Gaztañaga lleva años logrando importantes éxitos de audiencia con El Diario de Patricia, donde se resuelven (o no) problemas personales en directo y para sorpresa del interesado, que acude sin saber exactamente a qué. Un programa que se ha convertido en objeto de debate tras el asesinato de Svetlana por su compañero maltratador cuatro días después de que éste le pidiese una nueva oportunidad en el programa de Antena 3.
El director de ABC, José Antonio Zarzalejos, no lo nombra tal cual en su Tercera dominical, aunque la titula "El caso Svetlana (La banalidad de la temeridad)". Un duro alegato contra la proliferación de este tipo de espacios, porque, sí, es cierto que nadie pudo pensar que "el compañero de Svetlana era en realidad un monstruo que la asesinaría después de sorprenderla con su insana presencia en un programa de telebasura", pero es que "esos y otros programas no están pensados, están sólo producidos en función de la cuota de audiencia que puedan alcanzar y, por lo tanto, en la rentabilidad publicitaria que ofrezcan y los muy modestos costes con los que se manipule a los invitados y a la propia audiencia".
Los medios no pueden rehuir su responsabilidad alegando que ofrecen "lo que el público quiere ver", dice Zarzalejos, porque estos casos ocurren "cuando la temeridad se convierte en una pauta de trabajo y la instigación de las pasiones -sean del género que sean- es un objetivo para buscar antes que el raciocinio la emocionalidad". Porque "mostrar las miserias de las gentes a la contemplación inmisericorde de una anónima audiencia que, desarticulada, se lamenta tanto como se regodea en unas imágenes y en unos lenguajes tan ínfimos, constituye una lacra".
Como los mecanismos de autorregulación y los códigos deontológicos no van acompañados de sanciones, "sólo sirven para anestesiar conciencias livianas y cubrir el expediente ético de algunos". Por eso "no cabe atribuir la responsabilidad concreta a una persona, a un programa o a una emisora de televisión. Es el sistema mediático el que falla, es la capacidad de absorción de la basura mediática la que frustra una reacción social, es la inmadurez de nuestro sistema de convivencia la que no permite que prospere un llamamiento institucional a poner coto a estos despropósitos".
Y por eso, pese al escándalo suscitado por el "caso Svetlana", ninguno de los posibles afectados por la reprimenda de Zarzalejos ha pisado el freno.
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1 comentario:
Zarzalejos, paisano de Patricia
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