lunes, 26 de noviembre de 2007

LA PLAGA DE ESPACIOS DE TESTIMONIOS EN LA TELE EUROPEA.

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Programas como 'El Diario de Patricia', envuelto en la polémica por el asesinato de una joven rusa a manos de su ex compañero sentimental días después de aparecer ambos en antena, proliferan en las televisiones europeas.


En las cadenas privadas de la televisión alemana abundan los espacios en que parejas y ex parejas tratan de resolver o hablar de sus problemas, con resultados dispares.

La semana pasada se dio un caso similar al del 'Diario de Patricia', aunque con consecuencias menos letales para la víctima, en el popular 'Oliver Geissen Show', de la privada RTL.

Bajo el título 'Tranen der Verzweiflung - Warum tust du mir so weh?' -'Lágrimas de desesperación. ¿Por qué me haces tanto daño?'-

se presentó un intento de reconciliación entre un joven de 25 años, Veysel, y su novia, Yanine, de 20.

Veysel se presentó con una rosa y pidió perdón a la mujer a la que había pegado, encerrado en casa y amenazado repetidamente.

Le prometió que iba a hacer una terapia para controlar su temperamento violento, pero fue rechazado por Yanine, que le contestó que la terapia tal vez le ayudaría para su próxima novia.

Dos días después, Veysel fue a buscar a Yanine y le pegó una paliza brutal, a lo que siguió una llamada telefónica en que le advertía que iba a matarla, puesto que tenía las armas para ello.

Casos tan graves como el del crimen asociado al 'Diario de Patricia' no se han dado en la televisión italiana.

En los canales italianos sí proliferan programas en los que se siguen durante días y días casos de asesinatos de hijos por madres, hijos que matan a padres y hermanos, jóvenes degolladas, etc. en los que intervienen todo tipo de personajes y donde los presuntos criminales son sometidos a bárbaras sentencias mediáticas, en la que la presunción de inocencia no se tiene en cuenta.

Y eso que existe una ley del 3 de mayo de 2004, que regula el sistema radiotelevisivo y la televisión pública RAI, cuyo artículo 3 recoge los principios fundamentales que garantizan 'la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación, la objetividad, la imparcialidad de la información y el respeto de la dignidad de la persona y protección del menor'.

En Reino Unido existen actualmente dos programas de este tipo, 'The Jeremy Kyle Show', en la cadena de televisión ITV, y 'The Trisha Goddard Show', en el Channel 5.

En el show de Jeremy Kyle se abordan temas familiares y asuntos de relaciones. Su presentador ha ganado varios premios por este espacio.

En el segundo, la conductora del programa, Trisha, escucha el testimonio de historias de varios invitados, que narran problemas personales. Al programa también acuden otros implicados en la historia en cuestión. Por ejemplo, invitan a un hijo que se queja de ciertas actitudes de su padre, con este último, para que dé su versión de los hechos, etc.

Según el Ofcom, el organismo regulador en Reino Unido, todos los medios de comunicación con licencia para emitir tienen que adherirse al Broadcasting Code. En la sección 3 de este código se recogen varias normas de conducta por las que se pretende evitar 'que el material que promueva o incite la comisión de un delito o que lleve a desórdenes no se incluya en los programas de televisión o de radio'.

En otro apartado se prohíbe ofrecer pagos de cualquier tipo, de forma directa o indirecta, a delincuentes convictos o confesos para que realicen una contribución a un programa, así como a cualquier otra persona que tenga alguna relación con ese delito.

En Francia no hay programas de esta índole en las televisiones generalistas, mientras que en Rusia el espacio más parecido al 'Diario de Patricia ' y el de mayor audiencia (pues hay similares en otros canales) es el 'Pust govoriat' (Digan lo que digan), del Canal 1 de la televisión pública.

En Bélgica también existen programas en los que aparece gente que busca a un viejo amigo o amor, que quiere proponerle matrimonio a su pareja o que quiere dar las gracias a alguien de manera original.

Están regulados, al igual que todos los demás programas, por la Ley de los Medios de Comunicación, una en Flandes y otra en Valonia.

Cada región tiene además su propia instancia reguladora que controla la aplicación de sus respectivas leyes y decide sobre la concesión o revocación de licencias de emisión y sobre eventuales multas.

En general, las cadenas de televisión no pueden retransmitir programas que arriesgan el desarrollo físico, mental o moral de los menores de edad. Tampoco pueden incitar al odio basado en raza, sexo, religión o nacionalidad.

En las televisiones portuguesas no hay ahora mismo ningún programa de testimonios.

La Alta Autoridad para la Comunicación Social (organismo responsable de la supervisión de los medios en el que participan los profesionales, las empresas y las autoridades) puede adoptar o recomendar sanciones si un programa incumple el artículo 24 de la Ley de Televisión.

Este artículo prohíbe la pornografía, la violencia gratuita o la incitación al odio, racismo y xenofobia y, además, limita la hora de emisión (de once de la noche a seis de la madrugada) de los espacios que puedan influir de modo negativo en la formación de los niños o adolescentes.

En los últimos años se emitieron en las dos cadenas privadas lusas algunos 'realities' en los que parejas jóvenes discutían sus diferencias y se reconciliaban o rompían en pantalla. El más polémico, que ya no se emite, fue 'Fiel o infiel', importado por TVI de Brasil y que giraba en torno a una filmación con cámara oculta sobre la conducta de un hombre o una mujer cuando actores profesionales intentaban su seducción.

El programa daba lugar a peleas entre la pareja en el set que en algunos casos llegaban a palabras gruesas y empujones contra quien había caído en la trampa televisiva y había sido 'infiel'.

En 2005 la Autoridad para la Comunicación Social emitió un dictamen en el que desestimó las quejas de los espectadores sobre ese programa alegando que no puede actuar como un tribunal de críticos o de buen gusto y que el contenido del espacio y su horario no violaban el citado artículo 24.

TERRA.ES

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