miércoles, 3 de octubre de 2007

MANEL QUERIA A LEANDRO.










¿Cómo se están sintiendo sin Arturo Valls?

Diferente, sin duda. Arturo estaba muy metido en el papel, en el programa. Somos muy amigos. Solemos vernos en Barcelona y en Valencia. Nos juntamos en casa y vamos juntos a algún concierto. Hay una relación que va más allá de lo profesional. Él quería dedicarse al mundo de la interpretación y yo lo respeto. En ese sentido, creo que Camera Café le abrió una puerta y, tras esa puerta, ahora está a punto de estrenar una serie.

¿Qué tal con su sustituto, Leandro Rivera?

El cambio era necesario y, en ese aspecto, me inclinaba más por Leo porque tiene un enorme talento. Le he visto fuera de su trabajo y creo que CQC le va a permitir descubrir nuevas facetas suyas. Podría haber tirado por un nombre más consagrado, pero me gusta más apostar por gente así. Por ejemplo, me encanta ver a Christian Gálvez como presentador cuando antes era un reportero. Ése es el espíritu del CQC, dar oportunidades a la gente.

¿Cuando vamos a ver una mujer en CQC ?

No quiero dejar esta etapa del CQC sin incorporar a una mujer. Lo dije el año pasado y lo repito este. Lo que pasa es que hay quien termina por resistirse a la idea por la tradición, pero creo que las tradiciones están para romperlas y que, hoy por hoy, debería de haber una mujer entre las filas del programa. No descarto nada.

Personalmente, ¿cómo se enfrenta a esta nueva etapa?

Un programa en prime time que funcionaba pasa al late night y CQC se lo plantea como una nueva oportunidad para conseguir llenar un hueco en la cadena que no ha llenado nadie. El nuevo horario nos va a permitir ser mucho más gamberros. Además, hay una año electoral de por medio que nos da más campo de actuación. CQC es un programa que siempre genera desconfianza en los partidos políticos y este año nos vamos a exigir ir a por todas, ajustar un poquito las cosas y dar rienda suelta al alma del programa que es comprometida, atrevida, gamberra...

Su programa se mete mucho con la clase política, ¿les imponen algún tabú?

No servimos a ningún partido político. Cada uno tiene su ideología personal,pero en el programa entendemos que hay cosas que merecen el sarcasmo, la ironía y la parodia, independientemente de quien la haya hecho.

¿Ve el programa capaz de emitir más de un día a la semana?

Es muy difícil que podamos emitir todos los días por la producción que conllevan los reportajes.

¿Habrá más incorporaciones a lo largo de la temporada?

Va a haber nuevas incorporaciones en el futuro, pero Leo es la primera realidad que tenemos en la mesa. Tendremos que ver, sinceramente, cómo encaja. La química entre Arturo, Juanra y yo era muy buena porque era absolutamente real. A Leo, además, le he disfrutado como colega al margen del trabajo y sé que es una persona divertida, gamberra y atrevida.

¿De qué conocía a Leo?

Habíamos coincidido en algún trabajo anterior mío. Además, hay mucha complicidad entre nosotros. Me alegro mucho de haber apostado por él porque tiene mucho talento y ha hecho muchas cosas. Esperamos que la cosa funcione en la mesa, todo lo demás se verá después.

¿Volvería a presentar un programa como La Noche?

Creo que hay que pensar en la renovación y no en cosas que ya funcionaron en su día. Fue una experiencia muy bonita hacer un programa de televisión de corte clásico que, además, fue casi pionero en toda España. Sin embargo, ahora toca hacer otras cosas.

¿Cómo es su trabajo en la radio?

La radio es algo que llevo haciendo toda la vida, que me encanta. Es una gimnasia para el periodismo. Mezclo la política con la ironía, la sátira y la actualidad.

¿Se lo pasa tan bien trabajando como le parece al espectador?

Nos lo pasamos tan bien como parece y si no fuera así creo que la gente lo notaría. Somos uña y carne Juan Ramón y yo, y detrás de las cámaras nos reímos muchísimo.

Con tanto trabajo, ¿no se agobia nunca?

Siempre hay algo que te motiva y te ayuda a seguir adelante. Seguimos haciendo cosas nuevas dentro del programa y me divierte mucho. Aportamos nuestras propias ideas y me sigue apasionando este trabajo como el primer día. A veces me levanto a media noche pensando en incorporar elementos nuevos y parece que mi trabajo roza casi la obsesión. Pero cuando lo disfrutas todo es diferente. Yo voy con ganas a trabajar.

¿Se sigue poniendo nervioso delante de cámara?

Siempre te pones nervioso, tanta libertad te da mucha responsabilidad también.
¿Suele ver sus propios programas?, ¿es buen espectador de televisión?

Suelo ver los programas por respeto a la audiencia porque tienes que renovarte. Es obligatorio verla para estar el día. No me quejo de todo lo que se emite como hace otra gente, hay que buscar cosas que te sorprenden o te inspiren nuevas ideas.

¿A quién tienen pensado ponerle las gafas negras este año?

Ahora hay muchos personajes, tenemos a Doña Letizia, al Dalai Lama, etc.

¿Qué imagen cree que tienen los políticos de ustedes?

Oficialmente dicen que buena, pero internamente les toca las narices nuestro trabajo. El día que quieren salir les parece estupendo que les grabemos, pero el día que no, que es la mayoría, no te ponen facilidades.

¿Tiran más a la izquierda o a la derecha?

A nosotros se nos cabrean los dos lados, se nos quejan por igual y creo que es el mejor síntoma de bienestar de este programa. Creo que CQC es un programa de interés público.

¿Cómo lleva haberse convertido en un personaje público?

Tengo mucha complicidad con el público. Cuando te ven en un momento de intimidad te respetan mucho. Lo que destacaría es el gran cariño que le tienen al programa en general.

¿Cómo cree que has llegado tan lejos a nivel profesional?

Todo es suerte, uno no vale para nada. La mezcla de la fórmula del éxito es: trabajo, talento y suerte. Sin todos ellos es muy difícil triunfar.
VERTELE.

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