El Confidencial Digital ha tenido acceso al análisis que realizan en privado varios altos ejecutivos del Grupo Prisa, y también accionistas de referencia de la compañía. Sintéticamente, es el siguiente:
-- La SER ha entrado en una fase de decadencia. Hace falta una regeneración total del modelo. La cadena se encuentra sumida en un empobrecimiento de fondo que la está hundiendo poco a poco.
-- No es un problema de cifras de audiencia. Sobre este punto no hay objeción que hacer.
-- Sin embargo, nadie se llama a engaño en el Grupo Prisa: los datos de audiencia son fruto de la ventaja que tiene la SER por el espectro ideológico que ocupa en exclusiva, el centro izquierda político español y la izquierda, mientras que el resto de emisoras, COPE, Onda Cero, Punto Radio y esRadio, se reparten el ámbito del centro derecha y la derecha.
-- Lo que preocupa es la pérdida de influencia. La SER ya no marca la agenda informativa, política, social… Ha dejado de tener la influencia que logró en el pasado, ha perdido capacidad de presión sobre la sociedad, algo que constituía su principal activo hace unos años.
-- La gestión de las ‘estrellas’, de los principales programas no se ha hecho bien. Pero no sólo ahora: de cinco años a esta parte se han cometido errores de bulto. No se acertó en el modo de llevar el ‘affaire’ Paco González y Pepe Domingo Castaño, pero no ha sido el único caso.
-- El relevo de Iñaki Gabilondo por Carles Francino tampoco ha constituido un acierto. Lo mismo sucede en el fin de semana, con Montserrat Domínguez. Ambos están cuestionados.
-- Internamente, se percibe también cierta relajación de los profesionales de la emisora.
-- Existen, además, problemas de línea editorial. En este sentido, varios directivos de Prisa han manifestado su malestar por la gestión informativa que hizo la SER durante el proceso de primarias en el PSOE madrileño. “Hemos sido mangoneados por el entorno de José Blanco”, se ha escuchado decir. Efectivamente, persiste la sensación de haber servido a intereses particulares.
Javier Pons, nuevo consejero delegado
A la vista de esa situación, en las próximas semanas el Grupo Prisa tiene previsto introducir un cambio relevante en la cúpula de la cadena: nombrar a Javier Pons nuevo consejero delegado. Pons, ex director de TVE y ahora número dos de Delkáder como consejero delegado adjunto de Unión Radio, tendrá plenos poderes ejecutivos para pilotar esa reconstrucción de la cadena.
En la compañía, no sólo se valora su gestión en la televisión pública, sino también su desempeño en Francia, como director de antena y director general de la cadena M40, participada por RTL y la SER. A su vuelta a España, dirigió la cadena 40 Principales, y más tarde se hizo cargo de todas las radios musicales de la Cadena SER.
Las fuentes consultadas por ECD confirman que Pons prepara cambios de fondo, y que no descarta incluso relevos al frente de algunos programas. Algunas voces apuntan a Angels Barceló, actual responsable de ‘Hora 25’, como candidata a cobrar mayor protagonismo. Se valora su claro perfil informativo y su incisividad. La entrevista en Moncloa al presidente Zapatero fue un claro ejemplo: ella llevó la voz cantante sobre todo, algo que no ha pasado inadvertido internamente.
Elconfidencialdigital.com
-- La SER ha entrado en una fase de decadencia. Hace falta una regeneración total del modelo. La cadena se encuentra sumida en un empobrecimiento de fondo que la está hundiendo poco a poco.
-- No es un problema de cifras de audiencia. Sobre este punto no hay objeción que hacer.
-- Sin embargo, nadie se llama a engaño en el Grupo Prisa: los datos de audiencia son fruto de la ventaja que tiene la SER por el espectro ideológico que ocupa en exclusiva, el centro izquierda político español y la izquierda, mientras que el resto de emisoras, COPE, Onda Cero, Punto Radio y esRadio, se reparten el ámbito del centro derecha y la derecha.
-- Lo que preocupa es la pérdida de influencia. La SER ya no marca la agenda informativa, política, social… Ha dejado de tener la influencia que logró en el pasado, ha perdido capacidad de presión sobre la sociedad, algo que constituía su principal activo hace unos años.
-- La gestión de las ‘estrellas’, de los principales programas no se ha hecho bien. Pero no sólo ahora: de cinco años a esta parte se han cometido errores de bulto. No se acertó en el modo de llevar el ‘affaire’ Paco González y Pepe Domingo Castaño, pero no ha sido el único caso.
-- El relevo de Iñaki Gabilondo por Carles Francino tampoco ha constituido un acierto. Lo mismo sucede en el fin de semana, con Montserrat Domínguez. Ambos están cuestionados.
-- Internamente, se percibe también cierta relajación de los profesionales de la emisora.
-- Existen, además, problemas de línea editorial. En este sentido, varios directivos de Prisa han manifestado su malestar por la gestión informativa que hizo la SER durante el proceso de primarias en el PSOE madrileño. “Hemos sido mangoneados por el entorno de José Blanco”, se ha escuchado decir. Efectivamente, persiste la sensación de haber servido a intereses particulares.
Javier Pons, nuevo consejero delegado
A la vista de esa situación, en las próximas semanas el Grupo Prisa tiene previsto introducir un cambio relevante en la cúpula de la cadena: nombrar a Javier Pons nuevo consejero delegado. Pons, ex director de TVE y ahora número dos de Delkáder como consejero delegado adjunto de Unión Radio, tendrá plenos poderes ejecutivos para pilotar esa reconstrucción de la cadena.
En la compañía, no sólo se valora su gestión en la televisión pública, sino también su desempeño en Francia, como director de antena y director general de la cadena M40, participada por RTL y la SER. A su vuelta a España, dirigió la cadena 40 Principales, y más tarde se hizo cargo de todas las radios musicales de la Cadena SER.
Las fuentes consultadas por ECD confirman que Pons prepara cambios de fondo, y que no descarta incluso relevos al frente de algunos programas. Algunas voces apuntan a Angels Barceló, actual responsable de ‘Hora 25’, como candidata a cobrar mayor protagonismo. Se valora su claro perfil informativo y su incisividad. La entrevista en Moncloa al presidente Zapatero fue un claro ejemplo: ella llevó la voz cantante sobre todo, algo que no ha pasado inadvertido internamente.
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